Si miramos la correlación entre países desarrollados (Alemania, Japón, EE. UU., los países Nórdicos) , países que están creciendo exponencialmente (Como China o India), y los países de tercer mundo encontramos una estrecha relación entre la calidad de científicos (ingenieros, químicos, doctores)  que produce, su sistema educativo y por supuesto, su situación económica.

La educación científica en estos países desarrollados empieza desde una temprana edad, de forma dinámica y participativa. Donde culturalmente la figura del inteligente, cultural, o “ñoño”, como le conocemos en México, es valorado como una forma de ser ideal.

Por el contrario los países atorados en vías de desarrollo tiene un estancamiento cultural, las ciencias se enseñan mucho después y de manera deficiente, se privilegia otros aspectos y el hábito de la lectura es apático. Y México no es la excepción.

Muchos de nosotros empezamos con clases básicas de matemáticas que encontramos monótonas, aburridas y difíciles. Cuando llegamos a ciertas clases como física y química hasta la secundaria, el proceso sigue, suelen ser monótonas, aburridas, que no enseñan el maravilloso mundo de la ciencia, y lo que se puede lograr trabajando en equipo y aprendiendo el rigor científico.

Si queremos lograr mejores avances económicos, estamos atados a mejorar los avances en educación, principalmente en la educación científica, esfuerzos independientes como la Khan Academy han intentado atacar este problema de manera independiente y gratuita, así como cientos de videos en YouTube en distintos idiomas. Pero estos no son soluciones que se han podido adoptar a una escala significativa aún, porque depende de la voluntad del alumno, sin embargo podemos copiar algunos de sus métodos de enseñanza como las escuelas “invertidas”, más prácticas, el uso de TI y la gamificación. Estos son sólo algunos ejemplos de formas dinámicas y motivadoras de enseñanza.

Claro también está el tema de la corrupción, es difícil incluir algo en un sistema educativo si este está secuestrado por sindicatos corruptos y fuerzas politizadas. 

Por el bien del país esperemos que el movimiento se pueda iniciar de manera interna, que los que tienen el privilegio y el deber de enseñar, le den la vuelta al modelo educativo, retando el sistema y enseñando el amor por la ciencia.